¿Por qué son necesarios los retenedores después de un tratamiento de ortodoncia?
Cuando nuestros pacientes llegan a la recta final de un tratamiento de ortodoncia, a menudo les surge la duda de por qué se hace necesario completar el proceso con la colocación de retenedores. Desde nuestra clínica dental en Arganda del Rey, nos proponemos explicar paso a paso qué son los retenedores y por qué es tan importante su uso. Te encantará conocer lo que este paso tan sencillo puede hacer por tu sonrisa.
En realidad, los retenedores son una parte más del tratamiento de ortodoncia, ya que sin ellos no podríamos garantizar que los resultados fuesen los adecuados. De esta manera, prescindir de su uso podría poner en peligro todo el alineamiento conseguido a lo largo del tratamiento. Así, los retenedores mantienen los dientes en su nueva posición. Hacen posible que se consoliden los nuevos ligamentos que se generan para sujetar las piezas dentales, estudiadamente desplazadas y recolocadas para conseguir una sonrisa más sana y estética.
Para qué se utilizan los retenedores después de un tratamiento de ortodoncia
El objetivo es fijar la nueva posición de los dientes. Los retenedores consiguen minimizar el movimiento dental y mantener las correcciones realizadas durante el tratamiento.
Para garantizar que podrán cumplir bien su función y la reorganización periodontal termine de efectuarse, es muy importante que la colocación de los retenedores se efectúe siempre inmediatamente después de retirar la ortodoncia.
Como hemos explicado, los retenedores deben ser vistos como una parte más del tratamiento con ortodoncia, por lo que son empleados en todos los casos.
¿Qué tipos de retenedores existen?
Según las necesidades del tratamiento, el ortodoncista recomendará el uso de retenedores fijos (colocados en un segmento del arco, de colmillo a colmillo, y cementados con composite) o de retenedores removibles, los más populares: una férula transparente, perfectamente adaptada a la dentición del paciente, que puede ser retirada de manera puntual durante el tratamiento (lo que facilita el momento de la comida y su limpieza).
El tiempo que el paciente tenga que llevar los retenedores dependerá, por tanto, del tipo elegido: los fijos se portan de manera indeterminada, mientras que los retenedores removibles suelen ser llevados en los tres o cuatro primeros meses, tras la finalización del tratamiento con ortodoncia.
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